miércoles, 27 de diciembre de 2006

YA SOY ANGEL DEL DEMONIO

Sabes que siempre espero en la ventana, aunque nunca el amor llega
.....porque la lengua se la comió el gato.

Llorar... llover
Llorar... callar
Llorar... amar-te
Llorar... anda!
Llorar... anhelar... ¿un beso? -yo no puedo ir a buscar uno
Llorar... cantar
Llorar... despertar con susurros en el oido
Llorar... soñar-te
Llorar... undirme


A dònde has escondido las palabras que nunca llegan, dònde està lo imposible cuando lo posible es valiente... todo està en un cajoncito verde, esperando por tì.

"De esperarte hay odio"

domingo, 17 de diciembre de 2006

Deja que el tiempo te muestre

Las palabras que se dispersan fácil
Un te amo que alienta recuerdos… el primogénito, el único y verdadero
El que reaviva un sueño terrible, un desamor que carcome a color.

La calle vacía, el ruido invisible y sus ojos lejanos imaginando el verdadero amor, el ya encontrado. Nada más triste que el semáforo en rojo y su camisa reflejando lo que nunca será.



La virgen fracturo su porcelana contra la pared, los manteles verdes volaron tras la puerta, las fotos se carcomieron es su propio vidrio, El caos vestido de casa, los libros desnudos de paginas.

La muñeca que regala besos llorando al lado de una flor de papel olvidada, el diccionario de las palabras nunca nombradas en sus brazos – como quien abraza los recuerdos – el perfume intocable recordaba los atardeceres decepcionantes pero hermosos; el amor en la inmensidad del cielo, las canciones que se enmarañaban entre los besos cansados y finalmente las enredaderas en el vientre se inundaban de las flores voladoras – mariposas idealizadas-.

La muñeca que regala besos cerro sus labios para siempre, sentada en una alfombra bañada en recuerdo, sello su sucursal de amores, perdió a su enamorado de manera inadmisible. La muñeca esta cansada de de esperar y se zurce los labios con hilo de seda (ya no besa, no canta, ya no abruma, no habla, ya no come, no suspira, ya no sonríe).

Se muere sin sus rizos chocolatazos, a la sombra de amantes nunca alcanzados, se muere de a poco mientras llega la noche, con su cuerno de marfil bajo el corazón.

La muñeca que regala besos esta muriendo pero nunca morirá.



La verdad nada es fácil, para los que sueñan es fácil soñar y la vida es sencillamente un caos que enamora.



Abrázate a mi interminable espinazo, te llevo a volar un rato a donde la luna es el cielo absoluto…

Mejor no, ¿para que quieres todas las respuestas?

miércoles, 6 de diciembre de 2006

Dos de tres

Canta a lo lejos un ruiseñor que murió hace días y lo lloran sus flores, sus tristes alegrías.

Tú sabes que la culpa fue del viento, de los que venían del sur, unos con olor que no recuerdo; también olvidaste que se quedaron las cosas menos importantes, las que yo mas quería, las dejaste al lado del perro que regalaste porque nunca lo quisiste. La culpa la tuvo el tiempo que cambìo de repente, igual mi ruiseñor divino vivia en una jaula porque yo no quise cortarle las alas y tu no quisiste dejarlo ir.

Colaboro el sol que se negó a salir en meses, porque cada semana hacia más falta y las alas se fueron aburriendo del nublado cielo que se le meaba en la cara. Tu y el sol se entienden y no se te dio la gana de pedirle el favor de salir por lo menos un rato en las mañanas... o en las tardes, a quién le importa. Fueron los cables, los satelites internacionales, las señales lejanas; yo querìa ponerle una inyecciòn de inmortalidad pero... no fue.

La culpa es mía, el ruiseñor lo mate yo, estaba agonizando de frió, de hambre. Con sus ojos claros, por las cataratas del tiempo, me miro y lo odie por ver mi reflejo en ellos, yo le di la cicuta y el me obligo a desechar mi vientre, a desabilitar mi alma y el corazòn -corazòn coraza-.


Pero no se murió con el veneno, ya se había tomado un par de pastillas, una docena dijo el búho; solo quería hacerme sentir culpable para que no me fuera nunca. Al ruiseñor lo mataron las pepas y la distancia que hizo más evidentes los cambios del paisaje y las palabras.

Más pudo la muerte y te quedaste con tres cuartos de la magia para que apuestes en las canicas y otros juegos varios, en damas quizas.


Al ruiseñor se le olvidò llevarse el amor.